La eyaculación precoz es en la actualidad la dificultad sexual masculina más prevalente, afecta a entre un 15 y 40% del total de la población masculina. Pero tan sólo el 25% suele buscar ayuda especializada. Esta dificultad no sólo afecta a la persona que la sufre, si no que también deteriora la relación de pareja.
¿Ha existido siempre?
Pues curiosamente no. Hace tan sólo unos años la eyaculación precoz no era considerada una disfunción sexual, sino un signo de virilidad. Se cree que el reciente cambio en la sexualidad femenina ha hecho que el hombre se sienta responsable de la satisfacción sexual de la mujer o la persona con quién se relacione.
Esta responsabilidad es causa de muchas disfunciones masculinas y en especial, del miedo a no durar el suficiente tiempo para que la otra persona alcance el orgasmo y quede satisfecha.
Entonces, ¿qué es la eyaculación precoz?

¿Por qué sucede?
Se considera que entre un 90-95% de las causas inductoras de la eyaculación precoz son psicógenas. Lo que explicaría, que el tratamiento más eficaz sea el que trabaja los aspectos psicológicos. Aunque también deben descartarse las causas físicas o de otro orígen.
Lo que habitualmente suele ocurrir es que ante la relación sexual, se produce una respuesta ansiosa que le distrae de las sensaciones fisiológicas de excitación que llevan al orgasmo.
De este modo, al no distinguir su nivel de excitación, se da cuenta de que va a eyacular una vez pasado el punto sin retorno, tras el cual no es posible evitar el reflejo eyaculatorio (si recuerda que la eyaculación es un reflejo)
Si estas experimentando problemas para controlar tu eyaculación, no dudes en
ponerte en manos de un profesional de la sexología. La eyaculación precoz
tiene solución.